Desde el propio alumbramiento, allí estuvo ella, con sus manos suaves, delicadas y cuidadosas. Ni un minuto se permitió un descuido, siempre estuvo, está y estará en detalles que solo ella anticipa y determina para el bienestar del tesoro más preciado, un hijo.
Son 15 días atípicos y clásicos, de ansiedad, incertidumbres, recuerdos de buenas, pero en este caso, eran de malas en los últimos años. Comencé la semana previa con un toque menos de angustia por ser lunes. Claro al final el premio era CLÁSICO.
Esta historia sucede en la sala de espera que todos tenemos en nuestra cabeza. Mejor dicho en el pensamiento. Se trata de un par de locos lindos que se encuentran esperando su turno para el psiquiatra.
En diálogo con www.PuroLobo.com el ahora ex manager del Único Gigante hace un balance de su gestión y nos explica los motivos de su alejamiento. Además deja algunas certezas del equipo que se viene en BN.
Me pregunto cuantas promesas como la mía se habrán cumplido el domingo. La mía no es una promesa cualquiera. Se la hice a mi hijo de tan solo 8 años. Cómo fallarle. A su vez era una ruleta rusa, porque lo que le prometí no dependía ni un 1 % de mi.
Todo hincha del futbol y de algún equipo de por allí, sea de la categoría que se trate, desea y necesita jugar finales. Por suerte, esfuerzos, errores y aciertos estamos a las puertas de una nueva.
Hoy fui a correr por la mañana, con un sol espléndido. Me sentí genial. Venia de regreso pensando en qué íbamos a almorzar dado que soy de buen comer y me gusta deambular por la cocina. Mandé unas milangas caseras a la napolitana, con un rico vino y me acosté a dormir la siesta.
Estos días que transito no son los más fáciles que me han tocado atravesar. Razones no faltan. Agobio, estrés, presiones, incomprensión, auto-exigencias, prejuicios, etc., etc.
Qué difícil resulta escribir sobre los números y la fortuna, y más a esta altura del año. Hablando de fortuna, no puedo borrar la mala que tuvimos que padecer el día en que el Víctor se vistio de blanco por la fría nieve que cubrió el verde andar del LOBO.
Salgo de la depresión del domingo a la noche, cuando me acecha la jornada laboral y los conflictos. Un tanto inquieto en la madrugada del lunes, sin pegar el ojo como se merece un comienzo de semana. Se me parte la cabeza, se me parte el corazón y el alma porqué no?, al ver una y otra vez un ascenso que no pudo ser.