¿Y quién iba a imaginar que el gran lobo caería?. Si todavía estaba grabado en la retina el amistoso contra el Valencia de España en 1978 con el "Matador" Mario Kempes, recientemente consagrado goleador y máxima figura del Mundial de Argentina, frente al Lobo...
¿Y quién iba a imaginar que el blanquinegro tendría décadas de ostracismo?. Si Gimnasia se había coronado con muchísimos títulos entre fines de los 70 y principios de los 80 con una base de grandes valores surgidos de las mejores inferiores de Mendoza.
Disculpen nuestra insistencia, pero ¿quién iba a imaginarlo? si el mismísimo Luis Darío Felman había regresado para retirarse con el Manto Sagrado Caracol tras su periplo en el Viejo Continente...
Ni el más pesimista hincha del Lobo, ni el más fanático enfermo simpatizante de la Lepra, podría haber soñado lo que le depararían los próximos 25 años al Único Gigante.
Lentamente, dibujando una curva descendente casi imperceptible, el Lobo se desacostumbró a ganar. Así, luego del flamante campeonato invicto en el segundo semestre de 1986, el Lobo recién volvería a coronarse en 1991 por la LMF bajo la presidencia de Hugo Guzzo. Antes, en el Regional 90/91, el Lobo había acariciado las puertas del ascenso a BN pero cayó ante San Martín de San Juan en la final. Esa fue la última vez que el Lobo tendría un papel protagónico en el fútbol grande.
Otra apostilla que dejó esta época fue la lesión de un jugador -un tal "Chaqueño" Ramírez- que a la postre le traería varios dolores de cabeza al Lobo...
Llega 1992 y con él "Las Terrazas". Predio que, construido por el ex presidente Juan Carlos Castellino, fue concesionado por primera vez por Guillermo "Chiquito" Cordero a "Chiche" cuando la tesorería del Lobo necesitaba un auxilio económico urgente para paliar los sofocones económicos en los que se encontraba sumergido.
Durante ese regional 91/92 se armó un equipazo con el "Huevo" Muggione, "Mudo" Castellino, Omar Olguín, Gustavo Mariani, Felipe Canedo, Mario Guerrero, "Bocha" Oros, "Loco" Mezzabota, Moyano entre otros y, pese a las intenciones de ascenso, terminó eliminado a manos de Huracán de San Luis en el Estadio luego de un penal errado en el arco que daba hacia el antiguo "Autotrol". Para el "Globito" puntano jugaron esa tarde Pedro Rafael Ojeda y Mario Saccone, a la postre adquiridos por Salem Nazar para vestir el Manto Sagrado Caracol.
En el torneo doméstico de ese 92´ la actuación de Gimnasia y Esgrima también fue mala y culminó penúltimo con un apremiado promedio para el descenso para la temporada siguiente.
Este tramo de la historia Mensana va a ser recordada por tres cosas: primero, por la huelga del plantel profesional que obligó a que se jugara la reválida por un lugar en el Regional contra Huracán Las Heras con juveniles; segundo por la profunda división que se produjo en la dirgencia que, a la larga, fue decantando cada vez más colaboradores y, por último, por darle la espalda a varios ídolos del club que fueron expulsados del club que los vio nacer y brillar...
Las épocas de mieles dulces habían terminado. Los comienzos de los 90´, duros para el Lobo, lo encontraba acéfalo y con un club a la deriva y sin timón... pero en este mar revuelto aparecieron marineros de tormenta que, con mucho coraje y una dosis de locura, tomaron las riendas de la institución de calle Lencinas.
El "Loco" Juan Sosa y el "Negro" Alejandro Pina, de la Agrupación Blanquinegra, fueron los presidentes que saltaron "desde el tablón al sillón" - así los graficaba la prensa de nuestra provincia en ese entonces- para conducir los designios de Gimnasia y Esgrima con el corazón por delante de todo.
LOCO. Juan Sosa ejerció la presidencia del Mensana durante dos períodos / GENTILEZA Diario UNO
En esa comisión directiva surgió Omar Salpietro, personaje singular en la historia Babosa ya que como dirigente del Lobo aprendió el oficio del fútbol y dio muestras de su capacidad para elegir jugadores. Antes su ojo clínico se posó en el "Negro" Fullana, "Motoneta" Echegaray y Julio Parejo para reforzar al Pituco y hoy, ya afianzado como representante de futbolistas, acercó a Gimnasia a Matías Alasia, Federico Pomba, Martín Abaurre, Gerardo Corvalán, Sergio Oga, Ramiro Pereyra y Lucas Farías.
Tras gambetear el descenso con un torneo inventando por la Liga Mendocina de Fútbol para salvar al Único Gigante -luego de perder en la promoción contra Barrancas Martelén- en 1997 llegaría otro festejo doméstico para Gimnasia. Ese día se coronaría en el estadio de San Martín y la caravana que trajo el título hasta Mendoza fue impresionante.
Atrás había quedado el mal trago de 1995 (pasó a la eternidad por el 10 a 0 de la Lepra en Salta) en el que una moneda - sí, por sorteo- nos eliminó del Torneo del Interior y favoreció a Rincón de Atuel.
TAPA DE DIARIO UNO. El día que nos quedamos afuera por la moneda fue increíble... /
Además, a mediados de los 90, la fortuna otra vez fue esquiva para el Lobo y en la incipiente reestructuración de los torneos federales no lo encontraría con las garras afiladas. Se jugó un cuadrangular junto a Huracán Las Heras, San Martín e Independiente Rivadavia y el Pituco quedaría último con solo una unidad en la tabla lejos de cualquier aspiración. "Chacareros" y "Leprosos" terminarían clasificando al nuevo Argentino A que disputaba su primera edición y del que el "Lobo", gracias a las gestiones de Carlos Salgado en Buenos Aires, había sido uno de los grandes impulsores.
Llegó el turno de Rubén Samperi -que asumió luego de varias asambleas en la que el cargo de presidente quedó vacante- y Roberto Valverde de mantener viva la llama del fuego sagrado gimnasista. En épocas duras del fútbol de Mendoza, le pusieron el pecho al Lobo y a una muy devaluada liga local que prácticamente no tenía recaudaciones. Inmortalizada quedará una famosa foto de Valverde pintando el mismo la tribuna oeste; dicha imagen salió publicada en diario Los Andes de por esos días.
En la cancha, y para hablar algo de fútbol en esas épocas, el Lobo llegaría lejos en el Argentino B 98/99 pero no le alcanzaría la nafta y quedaría relegado en la Fase 2 a poco de llegar a instancias definitorias . En dicho certamen el Mensana hacía las veces de local en el Hugo Pedro Alastra por no tener su cancha habilitada ni en condiciones. En la Liga Mendocina dimos la vuelta en el Bautista Gargantini contra Chacras por la final anual.
El día que Martín Palermo erraba los tres goles en la Copa América ante Colombia, en el parque asumía Ángel Mauricio Badía en el sillón presidencial. Uno de los grandes emblemas del club luego de ser mascota, jugador y capitán del Lobo desembarcaba en la dirigencia con la premisa de devolver al Lobo a los primeros planos.
Y vaya si lo logró: el "Chupete" conquistó en el 2001 el certamen liguero con Freddy Funes en el banco y consiguió pasaje para competir en al Argentino B donde quedaría sorpresivamente fuera de competencia en las primeras llaves. Al año siguiente el blanquinegro volvió a clasificarse al Argentino B y de la mano de Raúl Rogel, luego de que Alberto Isaías Garro dirigiera y armara el plantel, logró un ascenso de divisional que no estaba en los planes de nadie.
Al año siguiente vivimos en carne propia lo que es jugar este tipo de torneos sin la adecuada infraestructura ni el poderío económico necesario. Con bajo presupuesto, y alternando localías en el Malvinas Argentinas, Víctor Legrotaglie y Feliciano Gambarte, el Lobo descendería de un suspiro del Argentino A. Antes, el escribano Mecca amagó con hacerse cargo de la presidencia pero nunca se llegó a plasmar su proyecto. En ese 2004 fue la última vez que el Speedway se organizó en el estadio del Lobo Mendocino...
Consumado el descenso del Argentino A y ya entrando en la temporada 2004/5, el Lobo padeció uno de los hechos más bizarros de sus 106 años. Con Gustavo Giménez al mando del club con más historia de Mendoza, el Pituco caería bajo las falsas promesas de Xavier Ferrer Vázquez y, jugando con el corazón del hincha, involuccraría hasta a Diego Armando Maradona en el club de calle Lencinas...
EL MORIA TEAM. La diva luce el Manto Sagrado...
El proyecto del ex novio de Moria Casán no se concretó y quedó en la nada salvo por los afiches que empapelaron varios rincones del país con la leyenda "vos podés, apoyá! " y la imagen de la diva luciendo un pulposo escote.
Como colofón de esta película de terror que se llamó Ferrer Vázquez, el DT que había sido designado por el sex toy de Moria , Walter de Felippe, huyó sin previo aviso el día antes que comenzara el torneo. El "Maestro" Legrotaglie, vistiéndose de bombero de emergencias, apagó el incendio en el Parque y asumió tan solo un día antes del debut ante Deportivo Roca.
La campaña de ese Argentino B fue mala y quedó rápidamente en el olvido. Para el 2005/6 la dirigencia confió en Marcelo Vázquez, por ese entonces un DT joven, y con el apoyo económico de Roberto Travi, máximo colaborador del Mensana aquellos días, se consiguió subir otra vez más al Argentino A coronando una magnífica performance.
Nuevamente en la tercera categoría del fútbol argentino el Lobo volvería a hacer "sapo" y sumaría otro descenso. Ni Vázquez, ni Coleoni ni Ricardo Dillon salvaron al Lobo dentro del campo al Lobo; sino Independiente Rivadavia fuera del verde césped. El famoso video de León Bustos, denunciando un arreglo entre Desamparados y San Martín, beneficiaba al Mensana y lo dejaba otro año más en el Argentino A. La quita de puntos que sufrieron el Víbora y los Chacareros depositaron a ambas escuadras por debajo de le línea del Lobo en la tabla de posiciones.
En 2007, con Jorge Guzzo como titular del Pituco, se apostó al conocimiento de Jorge Dubanced como DT del Pituco. Un hombre foráneo comandaría los designios técnico-tácticos del Lobo y la experiencia no fue para nada positiva. Mala elección de los refuerzos y un equipo que no encontraba el rumbo desde lo futbolístico auguraban un nuevo descenso pero, afortunadamente, Gustavo "Chueco" Orellano supo enderezar la nave Mensana hacia el final del torneo.
El Lobo mantenía por primera vez la categoría y, con mucha ilusión, se apostaban todas las fichas al centenario ya con Hugo Guzzo nuevamente en el sillón presidencial . Para este año 2008 el Pituco se aseguraba la continuidad del DT Orgellano y se acercaron varios refuerzos de renombre. Además, en infraestructura, se inauguraba el flamante sistema de iluminación que brilla en las noches de lobura por el Parque.
Los resultados no acompañaron y nuevamente Gimnasia y Esgrima volvería a descender al Argentino B luego de una fatídica campaña que culminó con la pérdida de la categoría ante Sportivo Belgrano de San Francisco en una triste promoción...
Además, y por el torneo de Liga Mendocina, el Lobo también caería por primera vez en su historia a la divisional B. Otra estocada fuerte al corazón de cada baboso...
Adentrándonos en el 2009 asume Jorge Calle y arma un equipo con ambiciones que a la larga terminaría diluyéndose en el tiempo. Falto de apoyo económico y colaboradores, el Lobo administraba la pobreza gracias a algunos que decían presentes en épocas difíciles como Pablo Brener y Alfredo Sarmiento entre tantos otros.
Allí surge la figura de Carlos Cano, trascendental en la historia Mensana, ya que encuentra solución al problema económico que transita el Viejo y Glorioso. Luego de varios encuentros y reuniones seduce a Fernando Porretta, titular de CEOSA SA, a colaborar con la gestión Calle primero y luego a asumir como presidente del club con más historia de Mendoza
VOLVIÓ A FLORECER. Gracias a Porretta el Lobo está intentando regresar a los primeros planos del fútbol nacional tras décadas de olvido (FOTO JORNADA)
La historia que siguiente del Lobo es bien conocida por todos: asume Fernando Porretta formalmente el cargo de presidente en 2011 y plantea un verdadera revolución en el Mundo Lobo. Obras, el histórico pago del juicio al "Chaqueño" Ramírez que, en etapa ejecutiva del juicio, amenazaba con rematar el Estadio Pituco, el ascenso de Argentino B y, ahora, una final contra Talleres de Córdoba por el Federal A. Cosas impensadas hace solo 4 años ¿no?.
Al Lobo estos décadas no le fueron fáciles, perdió clásicos, ascendió, descendió, sufrió más de la cuenta y vivió muchos momentos malos. Pero conservó la identidad, su paladar negro -ese mismo que identificó al Víctor y sus compadres desde mediados de los 60´- y su mística de club grande pese a los fracasos coleccionados. Sobrevivó y pudo mantenerse de pie pese a las adversidades. Ahora le llegaron, tras esperar pacientemente, las épocas de mieles dulces.
A escasas horas del partido de ida contra Talleres el Caracol tiene la enorme oportunidad de reivindicar su historia y retornar de una vez por todas a los primeros planos del fútbol nacional como su leyenda se lo exige.
La parada es brava pero no imposible. Llegó el tiempo de volver a ser Gimnasia.