Eran épocas complicadas para el país ,que vivía días convulsionados con piquetes, paros y movilizaciones producto de la crisis económica que atravesaba el gobierno de Fernando de la Rúa, pero el Lobo se atrevía a soñar en grande con ganar la Liga Mendocina para poder clasificar al Argentino B y, peldaño a peldaño, recuperar el prestigio a nivel nacional que alguna vez había conocido de la mano de Legrotaglie y compañía.
"El campeonato local es mi obsesión", era una de las canciones hit de Los Famosos 33 que sonaba -al ritmo de "Y dale alegría a mi corazón" de Fito Páez- en la popu babosa por ese entonces y que graficaba a la perfección el momento que atravesaba el Único Gigante lejos de los flashes (siempre pasajeros y efímeros) que hoy iluminan a un marketinero Lobo...
En ese contexto de Argentina y ,en una aún más devaluado torneo doméstico que contaba con San Martín, Independiente Rivadavia y Godoy Cruz disputado la BN y la Asociación Atlético Lujar de Cuyo en el Argentino A, el Mensana apostaba a un viejo conocido para la dirección técnica del equipo: Alfredo Funes. "Freddy" conocía a la perfección el "Mundo Gimnasia" ya que había sido ayudante de campo de Mario Píccolo allá por 1997, fecha recordada esos días porque era la última vez que el blanquinegro había conseguido levantar el trofeo de campeón en cancha de San Martín (la caravana que compañó al Mensana desde el Este fue algo espectacular).
CAMPEÓN DE 1997: PARADOS: Gonzalo Angelellii, Carlos Panella, "Pelado" Borecki, Gastón Gómez, "Hormiga" Molina, Fabricio Signorelli, Ernesto Fullana, Mario Piccolo (DT), "Tucho" Méndez, Silvio Signorelli, Simone. SENTADOS: Sergio "Negro" Pederzini, "Loli" Blasco, José Luis "Riveritos" Rivero, Marcelo "Chanta" González, y Gabriel "Gato" Martinez. / GENTILEZA LOBO X EVER
Ir al "Víctor" en ese entonces era muy diferente, tan diferente que hasta ni siquiera era conocida la cancha de Gimnasia y Esgrima con el nombre del máximo ídolo pese a que esta denominación existe desde medidados de los 70. Las tribunas lucían, a su alrededor, un alambrado olímpico y la fosa perimetral todavía no existía ni en los sueños al igual que la medida de "sólo socios" o la restricción del publico visitante...
El valor de la entrada general era de 5 pesos pero debido a la escasa concurrencia de la Liga Mendocina ,por lo general, y en la gran mayoría de los encuentros sólo se abonaba el seguro de espectador que costaba ¡3 pesos!. En lo futbolístico, y a diferencia de nuestra actualidad, todavía se podía ver buenos equipos y grandes individualidades en la LMF como la del "Petardo" Lama en Guaymallén, Juan José Basilio Montiveros en Gutiérrez y el juvenil Arcoracci (por ese entonces una promesa) del Tomba.
La "pilcha" Pituca, de ese 2001, merece un párrafo aparte y es que la marca Ievallier, de la casa especializada en hockey sobre patines Indemé, había confeccionado un muy lindo diseño (con el escudo de GyE en el centro) pero que en su primer edición (el modelo 1.0) tenía un defecto: el cuello era demasiado pequeño y la tela inflexible. No obstante, ese Manto Sagrado hizo furor y al día de hoy es común ver todavía gente en las tribunas con ellas. Fue la primer casaca babosa que permitía personalizar el número y, si bien parece poco, marcó un verdadero avance en ese entonces.
LINDA CASACA. El "Colorado" Tosi, frente a Murialdo, luciendo el Manto Sagrado Caracol / GENTILEZA LOS ANDES
Para este torneo Apertura 2001 (el Lobo integró la Zona A) llegaron grandes baluartes a Av. Lencinas como Javier Kola, arquero de experiencia para el medio local, Walter Aveiró, defensor de Rivadavia, Pablo Cuello, excelsio zaguero de paladar 100% blanquinegro, Oscar "Paco" Prado, un rústico central devenido a lateral y con una capacidad innata para revolear el balón con ambas piernas a más de 50 metros, Sergio "Toti" Arias, volante central con marca y despliegue físico, Daniel Bazan, un gran conductor que llegaba desde Maipú y Claudio "Colorado" Tosi, delantero goleador se había cansado de festejar tantos con el Deportivo Guaymallén.
La "frutilla del postre" en ese mercado de pases fueron los arribos de tres players "distintos" como Héctor Pericas (enganche que retornaba para cumplir su segundo ciclo con el Manto Sagrado) y Franco González (zaguero zurdo, cordobés), que llegaban de jugar copa Libertadores con el Sporting Cristal de Perú y Lucas Matías Delclaux, de Talleres. El "Niño Terrible" (era puro potrero) dueño de una gambeta endiablada y un talento único que en ese 2001 alcanzó todo su esplendor en Gimnasia.
La base de jugadores del club con los que el Lobo contaba era la de Walter Aguilera, Leo Villegas, Fabián Derrigo, Gonzalo Angelleli y los juveniles Ignacio Ara, Javier Rodríguez (lateral izquierdo) y Nicolás Sanfilippo. Además, la reserva estaba conformada por varios chicos que luego llegaron a primera como Javier Dicarloantonio, Miguel Lucero (gran defensor), Rodrigo Nolla, Mauricio Arce, "Joselito" Ortíz y el "Colo" Palmieri.
A estos players antes descriptos, se le suma quien fue el motivó la realización de esta nota: Paulo Daniel "el brasilero" Mendez Souza. Goleador oriundo de Rivadavia, pueblo donde su padre -el uruguayo José Méndez Souza- fue un reconocido jugador de balompié en la década del 80. Este atacante llegaba al Lobo con pergaminos de buen artillero en su deparamento y una apuesta a futuro del blanquinegro.
¿Y porqué lo llamaban "el brasilero"?. Fue un apodo que surgió producto del desconocimiento generalizado que existía, ya que en diversos progaramas radiales le otorgaban esa nacionalidad a Paulo Méndez Souza quizás debido a su nombre. Este falso rumor se propagó entre el Pueblo Caracol y era común escuchar entre los hinchas la frase "hay un brasilero en el Lobo". Eran épocas donde la información no abundaba (no existía ningún PuroLobo y ,a lo sumo, lo más que se le acercaba era un www.aguanteellobo.ya.st), corrían más lentas las noticias (ni internet ni los celulares estaban tan instalados como ahora) y mucho menos existía la posibilidad de ver jugadores por sus videos en YouTube así que para conocer un jugador, había que ir ver algún entrenamiento o partido o leer alguno de los diarios de Mendoza.
PLANTEL 2001. A la derecha, Pericas y Delclaux, a la izquierda varios jugadores comparte un desayuno antes de la final contra Guitérrez / GENTILEZA LOS ANDES
El debut de Paulo Daniel Méndez Souza con el Manto Sagrado Caraco sucedió ante Gutiérrez en la fecha 3 y luego de que fuese habilitado. El Pituco llegaba entonado a ese match ya que había resultado victorioso en sus dos primeras presentaciones ante Boca de Bermejo (3 a 0, con un golazo de Delclaux en el arco de los viejos camarines) y La Rioja (3 a 1 en cancha de Huracán Las Heras).
El "Perro", dirigido en ese entonces por Atilio Civitilio, era uno de los grandes candidatos al título gracias a una plantilla experimentada que contaba, entre otros, con grandes valores de Mendoza como Víctor Lafuré, Diego Paolantonio, Waldo Melzi. Cristian Cotella y Marcelo Gerardi. El Pituco, por su parte, todavía aguardaba los tránsfers desde Perú de González y Pericas (en esos días nadie le ponía la "S" a su apellido, le decíamos Pericá).
Gimnasia esa tarde jugó mal y perdió 2 a 0 con goles de Juan "Cococho" Mazzarizi y Waldo Melzi. No fue el mejor partido del Lobo (hasta el mismo Sergio "Toti" Arias, falló un penal promediando los 27´ de la segunda etapa) ni de Méndez Souza en particular. Como dato anecdótico, resultó ser la única derrota en todo el certamen para el Mesana que a la larga tendría revancha y derrotaría al "Celeste" por 5 a 3 en la final de dicho Apertura 2001 en un vibrante cotejo que contó hasta con el condimento de una cancha embarrada y en mal estado.
Luego de la trágica noticia que tomó estado público el último jueves del suicido del artillero, queríamos recordar algo del paso de Méndez Sousa por las filas del Pituco, un jugador que formó parte de un gran equipo del Lobo que se coronó campeón exhibiendo el fútbol de toque y gambetas que le gusta el Pueblo Baboso. En lo personal, es uno de los torneos que más disfruté del Pituco y pude observar la mejor versión del "Niño Terrible" en el Parque...
Para finaliza esta nota citamos al gran "Cato" Aguilar y "elevando la vista al cielo" decimos ¡GRACIAS PAULO DANIEL!