Ya pasaron cuatro días, y aunque leí infinitas opiniones, justificaciones, insultos, reclamos; no logro digerirlo. Conozco que llegamos de manera impensada, que nos equivocamos, no sé si lo acepto aún. Escucho, leo, observo. Estamos los que sabemos exactamente lo que pasó, los que no reconocemos lo que sucedió, los que nos enojamos cuando nos marcan el error, los que se alegran porque UN GRANDE cayó. Eso me lastima, mete el dedo en la llaga, me fractura, rompe mi cerebro, mis ideas, interfiere en mi diario vivir. Sigo pensando y tratando de darle forma a este duelo. Pienso de dos puntos por allá, tres puntos por acá, recaigo en los últimos seis minutos fatídicos, en la espera, el Sr. que tenía atrás con la radio, pasando los resultados de otras canchas, el que en medio de un entretiempo silencioso, gritó un gol que se hizo eco. Recuerdo el día de los famosos nueve minutos y no encuentro la explicación.
Como todo proceso de duelo, por momentos me calmo, entiendo, comprendo, todo parece claro, acepto, creo que de los errores se aprende, pienso en positivo, opino que es hora de crear. En otras instancias recaigo en la angustia, no comprendo nada de lo que pensé, y mi desazón es inconmensurable.
Todo pasó por algo, era el destino, se podría haber evitado, subestimamos la categoría, somos amateur, somos Gimnasia, el Lobo va a volver, no subimos más…, etc. etc. etc., comentarios que quedarán en el recuerdo.
Ahora bien, será el momento de hacer una concienzuda introspección, reflexión sincera, honesta, despojada de los egos personales, y realmente cada protagonista desde su humilde lugar y rol deberá corregir lo errado, reforzar lo acertado, sin temer reconocer que podemos haber fallado. Somos humanos y nos equivocamos. Pensar en que esto no sucede o no es así es el principal y primer error.
Somos grandes? SI.
Tenemos historia? SI.
Somos reconocidos actualmente por los logros deportivos e institucionales (infraestructura y demás)? SI.
Aun no peleando un ascenso somos protagonistas? SI.
Por todo ello, cuando pase el temblor, habrá que crear, crecer, y demás, para que nuestro querido GIMNASIA siga siendo lo que todos queremos que sea. Entendamos que no todos podemos ser hinchas apasionados del tablón, no todos podemos ser dirigentes, no todos podemos entrar a la cancha a jugar, no todos podemos ser directores técnicos. Cada uno desde su lugar debe hacer lo mejor y comprender que nuestro bien común es tirar a favor del Viejo y querido LOBO.
En fin remitiéndome al título que elegí, me quedo y me voy de este escrito con algunas cosas que salen mezcladas como los sentimientos que hoy nos genera este MALDITO descenso:
…”el LOBO es una pasión que se lleva hasta en la piel, sos la droga que en mis venas inyectaron al nacer”…
…”vos sos mi única pasión, vos sos incomparable, las cosas que hice por vos no las hice por nadie”…
…”se me parte el corazón cada vez que vos perdés, me pongo de la cabeza y otra vez te vuelvo a ver”…
…”LOBO mi viejo amigo”…
…”te sigo siempre de pendejo, y no me importa nada, EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS SIEMPRE VOY A ESTAR CON VOS”…
Esta última me da pie para explicar el porqué de mi título. Provengo de una especie donde las GUARDIAS, son parte esencial e importante para desarrollar el ARTE DE CURAR. Con el LOBO, SIEMPRE hago guardia. Me acuesto pensando en el LOBO, me levanto pensando en el LOBO, me tensiono por el LOBO, no duermo por el LOBO, nada más parecido a una GUARDIA.
Sí, verdaderos hinchas del LOBO, SOY APASIONADO DEL LOBO, LAS 24 HS. DEL DÍA, LOS 365 DÍAS DEL AÑO, HASTA QUE EL UNIVERSO DIGA BASTA Y MÁS ALLÁ TAMBIÉN.
Leandro Fabián Silvestre