En San Juan, por la primera fecha, el Pituco no había tenido el mejor de los debuts ante Juventud Alianza y, con la derrota por 2 a 1, el reencuentro con los Nacionales, tras 3 años de ausencias, dejaba un sabor amargo en el paladar negro del exigente hincha blanquinegro allá por 1975 que transitaba los primeros momentos post retiro de Víctor Antonio Legrotaglie.
El “Maestro”, figura rutilante del balompié local, había decido colgar la varita mágica –todavía con varios trucos en su repertorio- luego de la obtención del título de LMF en 1974 y con casi 20 temporadas en la máxima división. Lejos de los sacachispas pero siempre ligado a Gimnasia, el poeta de la zurda continuaría asesorando a la dirigencia desde la flamante función de Coordinador General del Fútbol (ver apostilla ¿El Víctor Juega?)
Rápidamente y bajo su batuta, recalarían en Lencinas desde Huracán de Parque Patricios, Martín Ricco e Ibrahim Hallar. Otro de los baluartes pretendidos para el Nacional 75´ fue Tomás Felipe Carlovich pero el “Trinche” jamás pudo llegar a vestirse con los colores del equipo con más historia de Mendoza…
Volviendo al plano futbolístico, el Lobo, con algunas dudas producto de la inesperada derrota contra el “Lechuzo”, tendría una rápida oportunidad para levantarse, tan solo tres días después, y nada más ni nada menos, que ante uno de los equipos más poderosos del país: River Plate. El “Millonario” venía cotizando en alza ya que en el Metropolitano de ese misma año, había echado por tierra una sequía de 18 temporadas sin gritar campeón junto a un recordado plantel dirigido por el mítico Ángel Labruna.
RIVER 1975: ARRIBA: Artico, Comelles, Raimondo, Fillol, Perfumo y Héctor López Abajo: González, JJ López, Morete, Alonso y Mas
Los cracks porteños; esos de los que se conocían sus proezas desde la Spika, o de los que tantas páginas se escribían en los diarios y El Gráfico, visitaban la tierra del sol y del buen vino para medirse, por los puntos, contra el Viejo y Glorioso y nadie quería faltar a un duelo histórico…
Casi como estrellas de rock, y con un look bien setentoso de patillas y pelo largo, el plantel de River aterrizó en “El Plumerillo” con una multitud esperando en las inmediaciones del viejo aeropuerto que sería trasladada en colectivo hasta el Gran Hotel Balbi de calle Las Heras.
Las crónicas de los medios resaltan el “entusiasmo” del público menduco ante la presencia del “Millo” que, vale refrescar, contaba entre sus filas con el “Gringo” Mémoli y Oscar “Cometa” Muñoz. Otra anécdota, que refleja la magnitud del adversario, era la presencia de Leopoldo Jacinto Luque. El delantero había había sido adquirido recientemente por los de Núñez en la suma de $800 millones de pesos viejos a Unión de Santa Fe y, por aquel lejano 75´, fue el precio récord desembolsado por un futbolista profesional en Argentina.
El match entre el Lobo y River, se programó para las 21.00 y la expectativa generada en la previa tuvo una respuesta absoluta de parte del público que colmó el Gargantini con un marco inigualable. Y cuando decimos inigualable no lo hacemos de forma metafórica sino literal, ya que esa noche se batieron todos los registros existentes de recaudación para un partido de fútbol disputado en nuestra bella provincia: Las boleterías explotaron y la taquilla alcanzó la cifra de 172.553.000 pesos viejos .
Las populares se conseguía por la suma de $70, en tanto que las plateas numeradas ascendieron a $300. Socios de Gimnasia, abonaban el 50% de la entrada general, o sea 35 pesos, en tanto las damas y los niños $30. El lleno fue total a tal punto que quedó fuera del estadio gente que legítimamente había comprado su correspondiente entrada…
APLAUSOS Y OVACIÓN
El candente colorido en las gradas y el festivo clima sirvió de oportunidad para rendirle tributo al máximo ídolo gimnasista y despedir de la práctica activa del fútbol a Víctor Antonio Legrotaglie con una merecida ovación. El “Maestro” fue saludado por las figuras riverplatenses y llevado en andas por sus –ahora- ex compañeros de Gimnasia en la previa del encuentro. La leyenda del Lobo decía adiós al blanquinegro en un final soñado y a la altura de su talento…
11 VS 11, SIGUE SIENDO UN JUEGO
El Lobo, dirigido por el español Pedro Pablo Sará, alineó a Enrique Juan “Grinfo” Reggi; Rafael “Ratón” Giardini, Antonio Segundo “Cura” Vergara, Francisco José “Chueco” Vicino (Capitán), Oscar Enrique Haack; Eduardo Felipe Velázquez, Juan Carlos “Documento” Ibáñez y Martin Enrique Ricco; Oscar Ángel Palavecino, Héctor Alfredo “Loco” Letanú e Ibrahim Hallar. También jugaron Juan Carlos Gutiérrez y Orlando Enrique Genolet.
En tanto River Plate, comandado por Ángelito Labruna, no se guardaba nada y presentaba a todos sus titulares que arribaban con el ánimo en alza tras derrotar a Boca Juniors en la primera fecha. Así dijeron presente ante el Pituco: Ubaldo Matildo Fillol; Pablo Agustín Comelles, Roberto Alfredo “Mariscal” Perfumo (Capitán), Hugo Osvaldo Pena y Héctor Osvaldo López; Juan José López, Reinaldo Carlos “Mostaza” Merlo y Miguel Ángel Raimonda; Pedro Alexis González, Leopoldo Jacinto Luque y Oscar “Pinino” Más. Además vieron acción saltando desde la banca Daniel Alberto “Kaiser” Passarella y Alejandro Sabella.
MÁS PONE El 1 A 0. "Pinino" venía de jugar una temporada en el Real Madrid
Del desempeño del encuentro, las crónicas de Los Andes resaltan el “valioso empate” logrado ante River, que si bien tuvo las mejores acciones pudo ser controlado por Gimnasia gracias a un gran segundo tiempo. El marcador fue abierto por “Pinino” Más a los 43´ minutos de la etapa inicial y Haack, el lateral izquierdo Mensana, decretó la igualdad tras recibir, en plena posición ofensiva, “un centro desde la derecha enviado por Velázquez y con remate preciso de derecha derrotó a Fillol que ensayó tardía estirada”.
ENSALADA RUSO. Haack decreta el 1 a 1 para el delirio Caracol.
En zona de vestuarios Pedro Páblo Sará se mostraba conforme con el desempeño de sus dirigidos y con optimismo auguraba un futuro alentador “dentro de muy poco, con un par de partidos más, tendremos el equipo que toda Mendoza espera”. Por su parte Labruna también se iba contento con el punto conseguido “Es valioso el empate logrado, no se cuántos equipos podrán irse de acá con este resultado”.
REVANCHA
La vuelta, jugada en el Monumental en la otra rueda, terminaría 2 a 0 a favor del “Millo” con tantos del “Beto” Alonso. Como apostillas de aquel match, quedarán en el recuerdo el penal ejecutado por Letanú (y contenido por Fillol) y las atajadas de Reggi. El motivo de que el "Loco" rematara la pena máxima, se debió a su pasado con los colores de Boca Juniors y por eso tomó el balón pese a no ser el jugador designado para hacerlo.
La enorme actuación del “Gringo” Reggi en el Monumental hizo que se despertara el interés de River en fichar al 1 Mensana cosa que finalmente no sucedió ya que el jugador optó por vestir la casaca “bohemia” de Atlanta en el 76´; esta decisión personal del jugador (prefirió ser titular que suplente de Fillol en River) causó conflicto con la institución riverplatense que prometió no celebrar "nunca más" un partido amistoso con Gimnasia cada vez que pisara tierras cuyanas.
CON TINTA AZUL
CATEDRAL BLANQUINEGRA. Una multitud copó la cancha de Independiente
Si bien actualmente suena extraño, lo cierto que es que para aquella competencia federal, Gimnasia y Esgrima haría las veces de local en el estadio Bautista Gargantini. Sí, leyó bien, la cancha de la Lepra.
“Los primos”, la contra de siempre, los archirrivales, nos abrirían las puertas de su casa para que nosotros, los “Pitucos”, “Babosos”, “Caracoles” o “Blanquinegros”, podamos recibir a grandes equipos de todo el país y desplegar el famoso “toque gimnasista” dentro del Templo Azul que había sido reacondicionado, con obras especiales, para la competencia.
Además de la instalaciones, Independiente Rivadavia, devolvería gentilezas del Nacional 73 (con los préstamos de Ibañez, Felman, Guayama y Legrotaglie) y Ángel Palavecino, Antonio Segundo "Cura" Vergara y Eduardo Felipe Velázquez se calzarían el “Manto Sagrado”.
En tiempos donde Gimnasia y Esgrima, Independiente Rivadavia y San Martín AC, se disputaban los primeros lugares de las tablas de posiciones en torneos domésticos de extraordinario nivel también había lugar para la camaradería y respeto.El fútbol seguía siendo considerado un juego casi barrial y el vil negocio que se fue construyendo con las décadas era algo inimaginable en el incosciente de los ingenuos espectadores ...
Mariano Jaramillo *Especial para PuroLobo